Donde la tierra cuenta historias antiguas y el silencio habla al corazón.
A pocos pasos de Pomarance, escondido entre las suaves colinas de la Toscana, hay un lugar que no sólo se visita: se vive, se respira y se ama.
Una finca de 30 hectáreas donde la naturaleza sigue siendo dueña y cada detalle sabe a verdad: 2. 300 olivos dibujan el paisaje como una caricia, un viñedo acoge los sueños del otoño y diez robles centenarios custodian el tiempo con sabiduría de gigantes silenciosos.300 olivos dibujan el paisaje como una caricia, un viñedo acoge los sueños del otoño, y diez robles centenarios guardan el tiempo con la sabiduría de gigantes silenciosos.
La masía principal -600 metros cuadrados de piedra, luz y memoria- se abre discreta, ofreciendo 8 habitaciones, 5 baños y espacios que hablan de cenas de verano, fuegos de invierno, despertares lentos. El anexo con chimenea y horno de leña es un pequeño refugio de calidez y autenticidad. El granero y la bodega con barriles de acero son el corazón palpitante de una vida en armonía con la tierra.
Aquí, cada estación tiene su propia voz. Cada amanecer una promesa.
Y la distancia no pesa: Volterra está a media hora, Siena y el mar a sólo una hora - lo suficientemente cerca para llegar, lo suficientemente lejos para seguir siendo un sueño.
Esto no es sólo una granja.
Es un regreso. Un comienzo. Una elección de amor.