Trento, una casa, un sueño: la nueva vida en las laderas de Bondone
Chiara y Matteo nunca se habían imaginado lejos de la ciudad. Ella, arquitecta con un estudio en el centro histórico de Trento; él, ingeniero medioambiental implicado en proyectos entre la innovación y la sostenibilidad. Su vida transcurría entre citas, obras y veladas en un piso que por entonces se les quedaba pequeño. Entonces llegó una nueva vida -su primer hijo- y con él, un nuevo deseo: echar raíces, tener espacio, silencio, un horizonte.
Así empezó la búsqueda de una casa diferente. La querían cerca de la ciudad, pero inmersa en la naturaleza, un lugar donde pudieran conciliar trabajo y familia, donde pudieran respirar. Tras muchas visitas y unas cuantas decepciones, la encontraron: una casa unifamiliar en Ravina di Trento, justo en la ladera del Monte Bondone, enclavada entre el bosque y el cielo.
La casa está aún sin terminar: una hoja en blanco, por escribir a cuatro manos. Ellos pueden decidirlo todo. Tal vez hagan un gran piso en dos plantas, luminoso y abierto al panorama y quizá con un gran altillo. O harán dos unidades con un pequeño anexo independiente, perfecto para acoger a sus padres -que viven lejos, fuera del Trentino- cuando vengan de visita. Sin olvidar el garaje, 150 metros cuadrados disponibles también para la colección de Vespas de la que Matteo está inmensamente orgulloso.
Pero lo que les conquistó fueron las vistas. Desde la terraza y los grandes ventanales se domina toda la llanura del valle del Adigio, que se abre amplia y luminosa ante sus ojos. Es un espectáculo que cambia con las estaciones, con las horas, con el tiempo. Y cada vez, nos deja sin aliento.
Al principio, no estaban acostumbrados a tanto silencio. A tanto verde. Pero ahora no podrían prescindir de él. El bosque que bordea su propiedad se ha convertido en parte de su vida cotidiana. Chiara sueña con diseñar un espacio sostenible y bello, a la medida de su familia. Matteo, por su parte, ya tiene en mente un pequeño criadero de Golden Retriever, un deseo que ha cultivado durante años.
Hoy miran al futuro con serenidad. Saben que no se han limitado a comprar una casa. Han encontrado un lugar donde construir su futuro, paso a paso. Un lugar que habla de naturaleza, amor y raíces.
Chiara y Matteo son dos nombres ficticios que puede sustituir por el suyo propio en cuanto cruce el umbral de esta propiedad, comprenderá que no querrá marcharse nunca.
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