La magia de poder observar el discurrir de la vida cotidiana y el ajetreo del centro histórico desde las azoteas es la característica predominante de este ático situado en la última planta de un edificio rehabilitado del siglo XVI. Se accede al piso bien por el cómodo ascensor privado que da a un espacioso vestíbulo en el que se inserta el elemento histórico de la torreta del inmueble, bien por la escalera de condominio que continúa desde la cuarta planta privada hasta el ático. Al entrar en el piso, uno es recibido por una atmósfera muy relajante, una profunda sensación de paz y calma, que induce a dejar atrás todos los pensamientos y a relajarse cómodamente sentado en el sofá; las habitaciones se caracterizan por unas preciosas vigas vistas coloreadas en blanco y embellecidas por tiras de LED que crean una atmósfera evocadora al anochecer, envuelta por los cálidos tonos pastel que caracterizan cada espacio; el ático es generoso y completamente habitable en todo el piso. El salón está hábilmente dividido en zona de comedor, zona de TV y zona de cocina, y está embellecido por tres ventanas francesas que dan a pequeñas terrazas con vistas a los tejados de Albenga. Dispone de tres dormitorios dobles, dos de ellos con cuarto de baño en suite; un cómodo cuarto de baño para invitados completa la planta. Un elemento importante, un valor añadido de la propiedad, es la terraza de la azotea de unos 130 metros cuadrados, desde la que hay una vista impagable de la famosa torre de Albenga. Hay un garaje cercano, que puede adquirirse por separado.