Esta encantadora residencia de campo encanta desde el primer vistazo por su estilo toscano y su ubicación privilegiada, a menos de media hora del mar. Inmersa en un paisaje de rara belleza, se accede a ella a través de dos avenidas que serpentean por un cuidado jardín, anticipando el encanto que se esconde tras el edificio principal.
La villa, de principios del siglo XX y posteriormente ampliada con gusto, se alza orgullosa ofreciendo una impresionante vista de las pintorescas colinas pisanas. Al entrar, nos recibe un gran salón doble, adornado con una magnífica chimenea ornamental de mármol rojo de Levanto y elegantes suelos de parqué que desprenden una atmósfera de calidez y refinamiento. La cocina y el comedor, con acceso a la encantadora logia con vistas al exuberante jardín, invitan a pasar momentos de convivencia y a disfrutar de la belleza circundante.
Una majestuosa escalera de piedra ´serena´ conduce a la planta superior, donde se encuentran seis amplios dormitorios y cuartos de baño impecablemente amueblados. Desde aquí, una pequeña escalera conduce a la torre de la segunda planta, que alberga una encantadora habitación con vistas panorámicas a las colinas pisanas, ofreciendo momentos de absoluta relajación y contemplación.
La propiedad también incluye dos edificios independientes, uno para el conserje y los otros para unidades de vivienda adicionales, ofreciendo flexibilidad y oportunidades para alojar huéspedes o generar ingresos adicionales. El vasto jardín y los terrenos circundantes, de unos 4000 metros cuadrados, son un paraíso botánico, enriquecido por olivos centenarios, majestuosas palmeras, imponentes cipreses, fragantes setos y la majestuosidad de los cedros del Líbano, todo ello abrazado por un magnífico magnolio centenario.
Con techos altos, chimeneas que irradian calidez, grandes ventanales que dejan entrar la luz natural y suelos originales que cuentan historias antiguas, esta residencia irradia un encanto atemporal que encanta y envuelve a sus huéspedes. Ideal tanto como residencia principal para quienes buscan la tranquilidad y la belleza de la campiña toscana como refugio para escapar de la rutina diaria, se encuentra a sólo unos treinta kilómetros de las ciudades de Pisa y Livorno, lo que garantiza la comodidad y la accesibilidad a los servicios urbanos.