Inmersa en el evocador paisaje de las estribaciones de Reggio Emilia, en un lugar de rara belleza y de fácil acceso, se encuentra una bodega ecológica certificada con agroturismo, dispuesta a encantar a quien desee sumergirse en un entorno único y exuberante. Este extraordinario complejo se extiende sobre un total de 42 hectáreas, abarcando un territorio abigarrado y rico en potencial: 11 hectáreas están dedicadas a viñedos cuidados con esmero, donde crecen armoniosamente prestigiosas variedades, desde la refinada Pinot Noir hasta la corpulenta Cabernet Sauvignon Sauvignon, pasando por la vivaz Sauvignon Blanc, y las autóctonas Graspa Rossa, Salamino, Malbogentile y Marzemino. Un territorio único que combina tradición e innovación, garantizando una producción anual de más de 50.000 botellas de vinos de primera calidad.
A esto hay que añadir 2 hectáreas de olivar, con más de 1100 árboles que dan vida a un aceite biológico de altísima calidad, y 1 hectárea de nogal, por no hablar del huerto, el bosque, los pastos y las tierras de cultivo. El corazón palpitante de la empresa es una moderna estructura de unos 1700 metros cuadrados, que alberga una granja con un característico y refinado restaurante, capaz de acoger cómodamente en su interior entre 80 y 100 comensales. Los espacios se abren a espléndidas terrazas panorámicas, ideales para cenas y eventos al aire libre, con una capacidad adicional de 80 plazas.
Desde aquí, la vista se pierde entre las colinas y los viñedos, ofreciendo una estampa natural que regala emociones a cada mirada. La bodega, corazón tecnológico y artístico de la bodega, dispone de depósitos con una capacidad total de 640 hectolitros y 23 barricas, de las cuales 18 son barricas, que permiten producir anualmente unas 55 mil botellas de vino ecológico de excelente calidad. Todas las fases de vinificación se llevan a cabo in situ, lo que garantiza un estricto control y un trabajo artesanal que se refleja en cada una de las botellas.
Además de la producción de vino, la bodega se distingue por una pequeña pero preciosa acetaia, donde se conserva un característico vinagre balsámico, símbolo de un territorio y de una tradición milenaria. La estructura, de reciente construcción, es moderna, eficiente y económicamente sólida, lista para seguir desarrollándose. La masía ofrece una experiencia auténtica y envolvente, con un fuerte potencial en el sector de la hostelería y los eventos, como bodas y reuniones de empresa.
El terreno, con exposiciones ideales y un microclima favorable, también ofrece la posibilidad de plantar nuevos viñedos, ampliando así la producción de vino. Esta inversión representa una oportunidad única para quienes deseen combinar la pasión por el vino y la hostelería con un negocio sólido y en crecimiento. En un rincón de Emilia con encanto intemporal, en el corazón de las tierras matildeas, esta empresa está dispuesta a contar nuevas historias de excelencia e innovación, manteniendo siempre vivo el vínculo con las tradiciones más auténticas.