En San Costanzo, entre las suaves colinas de la provincia de Pesaro y Urbino y a 10 minutos de la costa adriática, donde la mirada se abre al paisaje y el tiempo encuentra su ritmo natural, se alza una villa que redefine el concepto mismo de vivir. No es sólo una casa: es una opción de vida. Es el lugar donde arquitectura, tecnología, materia y naturaleza se encuentran para dar forma a una idea concreta de bienestar.
Construida en 2007 con una estructura antisísmica de hormigón armado, esta residencia se alza sobre una parcela de aproximadamente 1.000 m². La distribución en niveles escalonados realza su volumen y luminosidad, generando un equilibrio perfecto entre continuidad y privacidad, entre interiores elegantes y exteriores acogedores. Cada habitación está diseñada para ofrecer una relación directa con el jardín, una verdadera extensión emocional de la casa, a la que se puede acceder fácilmente desde todos los lados.
AUTENTICIDAD, TECNOLOGÍA, BELLEZA SIN ESFUERZO
En el interior, el estilo es esencial pero refinado: suelos de parqué, líneas sobrias, materiales de calidad, tonos neutros que dejan pasar la luz. El salón principal, con comedor y cocina abierta, es el corazón palpitante de la casa: un espacio que acoge y se abre, presidido por una moderna chimenea que aúna estética y funcionalidad.
Los tres dormitorios están inteligentemente distribuidos para ofrecer intimidad y confort. La suite principal dispone de cuarto de baño privado, mientras que un segundo cuarto de baño se encuentra en el centro de la zona de dormitorio. También hay un trastero dedicado, pensado para la organización y la limpieza.
El sistema de instalaciones es uno de los puntos fuertes de la propiedad: calefacción por suelo radiante en toda la casa, sistema centralizado de deshumidificación y aire acondicionado, aspiración centralizada, descalcificador de agua. Cada tecnología está discretamente integrada para garantizar un confort constante y silencioso. Para proteger la vivienda, un sistema de alarma volumétrica y perimetral con luces de seguridad.
EL EXTERIOR COMO CONJUNTO DE VIDA Y RELACIÓN
En el exterior, el jardín es un teatro verde de emociones y posibilidades: vallado, iluminado, con sistema de riego automático, ofrece intimidad y espectáculo. Es aquí donde se encuentra la verdadera alma de la villa: una piscina climatizada, con hidromasaje, de profundidad variable de 1 a 2,5 metros, pensada para la relajación, el deporte, la convivencia.
Cada espacio está conectado por múltiples entradas: de la casa a la piscina, del garaje al jardín, todo fluye con naturalidad. La comodidad también está garantizada en la gestión de los espacios accesorios: garaje doble cubierto, cuatro plazas de aparcamiento privado al aire libre, previsión para una cocina exterior, perfecta para vivir la casa al aire libre incluso en verano.
AQUÍ NO SE COMPRA UNA PROPIEDAD. ESTÁ ELEGIENDO UNA FILOSOFÍA DE VIVIR.
Esta villa no habla a aquellos que buscan sólo “espacio“. Habla a quienes desean un estilo de vida, hecho de privacidad, tecnología silenciosa, materiales cálidos y funcionales, conexión con la naturaleza y con su propio tiempo.
Es el hogar perfecto para quienes trabajan a distancia y sueñan con un entorno que fomente la concentración y la relajación. Es el refugio ideal para una familia que quiere crecer sin compromisos, inmersa en el verde pero conectada con todo. Es el lugar para quien ama recibir huéspedes, vivir al aire libre, elegir la calidad sin ostentación.
San Costanzo, en este sentido, es el marco ideal: un pueblo tranquilo pero estratégico, a pocos kilómetros del mar, de Fano, de todos los servicios esenciales. Un lugar auténtico, donde la calidad de vida no es un concepto abstracto, sino un hábito cotidiano.